Continua la estela de ciertas colecciones que se decantan por una inspiración deportiva con la propuesta de Bottega Veneta. En esta ocasión, Tomas Maier se inspira en el karate y el simplismo de su vestimenta. Utiliza como referente la neutralidad de sus trajes de algodón anudados por sencillos cordones que marcan la silueta. "Me gustó el aspecto de la tela, y que se convirtió en mi papel tapiz".
Una colección que utiliza las prendas como lienzos en blanco dispuestos a ser interpretados. Básicos de impecable patronaje y vestidos de compleja asimetría que remarcan el "savoire faire" de la casa italiana. Propuestas desnudas, en su mayoria con excepciones como el azul casi eléctrico en sus boslos de cuero "intrecciato" y notas de un omipresente amarillo, que para Bottega se torna a mostaza.
Una propuesta casi monocromática que cierra con tres deslumbrantes vestidos en tres potentes colores: ceniza, púrpura y caldero
Una opción que se enfrenta a las colecciones presentadas en Milán, que parecen homenajear en exceso la diversión nocturna.
Una vez más, Bravo!
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