Recien llegado de milan, aterrizo en IFEMA.. un pequeño break para el shopping y el mejor sushi de la ciudad en la mejor de las compañias antes del reencuentro. Viejos amigos, conocidos, maestros, seguidores y personajes de la vida social con los que me reencuentro despues de 6 meses.
Empieza el desfile de Elio Berhanyer.. emociones, espíritu de décadas pasadas y personajes de primera fila. Damas, doncellas y aristocracia con menor recelo que yo, pero de forma seguro menos crítica sentian la tristeza. Materiales que apenas se mueven, vestidos sin etiqueta, un falso homenaje a la moda de un maestro de la costura española que decidio superar la muerte del couturier y seguir dictando belleza.
Empieza el desile de Verino. No sabemos porque pero no suena la música. Eniko camina hasta un micrófono donde interpreta un cabaret parisien. Antes de comenzar, vemos el fontral con un logo en cristal.. una premonición demasiado brillante. Roberto Verino interpreta el glamour salvaje en version cabaret parisen. Tweed, estampados descordinados y sobreposiciones mal distribuidas globalizan la moda de calle en una pasarela demodè.
Exceso de un mix cargado de cristal, algodón en colores intensos y estampados felinos agitados en una coctelera de materiales excesivos que en lugar de brillar repelen al público.
Sin lugar a duda lo mejor de el rondo parisino en version verino fueron los sombreros de Philip Treacy y las parkas masculinas suntuosamente forradas en zorro.
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