domingo, 7 de marzo de 2010

LANVIN FALL WINTER 2010

Antes de contemplar la colección de Albert Elbaz para Lanvin estaba contento porque pensaba seriamente que volvía ha estar de moda hablar más bajo. Disfrutar del silencio; una vuelta a las buenas formas pero sorprendido me encuentro con tambores y sonidos tribales; Collares y vestidos que se agitan al ritmo de sonidos primitivos y fabricados por Elbaz como los instrumentos de una vieja tribu de Burundi.
La fuerza de un elenco de mujeres bien vestidas homogeneizadas por pelucas betún y señales de movimiento que muestran con descaro la feminidad mas atractiva de paris. Primitivos instintos, pieles salvajes y miradas de fuego ascienden por una escalera hacia un cielo de estrellas después de mostrar en pocos segundos una tremenda labor. la silueta es la mujer lanvin pero yo percibo más fuerza y menos bondad...tirania y comportamientos cada vez más perversos.
Contemplando Lanvin he llegado a una conclusión: el nivel de sofisticación, intelectualidad y prestigio social de una mujer es directamente proporcional al gusto por las prendas oscuras que esta viste.
Hay juegos de rojos tímidos y un berenjena voraz pero abunda la pasión por la oscuridad. Vestidos y abrigos; maxi joyas que modifican el estado de humor y el nombre de un vestido; trucos de magia en Lanvin









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